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Durante siglos se llamó Praça dos Ferradores [herreros], por ser el lugar donde se reunían. En el extremo oriental, fue construido en el siglo XVIII el Palácio dos Viscondes de Balsemão. Arrendado posteriormente, funcionó como hostería y alojó al rey Carlos Alberto da Sardenha, que en 1849 vino exilado para Porto. En su honor, la plaza tomó el nombre actual. Al centro del jardín, un monumento diseñado por Henrique Moreira recuerda a los portugueses caídos en la Gran Guerra de 1914-18.

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