Margem

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Acerca de

Brecht hablaba de las márgenes y decía que eran tan "violentas" como la violencia del "río que todo arrastra" porque lo comprimen. Margen, dirigida por Victor Hugo Pontes, habla de una violencia similar, relacionada con los jóvenes en riesgo en la periferia de la vida, como los personajes de Capitanes de la arena de Jorge Amado (1937), un libro que lo inspiró y fue una “guía”, deconstruido y reconstruido aquí por la escritura de Joana Craveiro. El diálogo entre el lenguaje coreográfico de Victor Hugo Pontes y el libro superpuso una segunda capa, la de las historias de vida, recopiladas en una investigación anterior, de niños institucionalizados de Casa Pia y del Instituto Profissional do Terço, y también una tercera, a partir de los recuerdos y experiencias de los propios artistas y su proceso de construcción del espectáculo, todas estas capas se entrecruzan en el texto original de esta creación. Un elenco de niños de 14 a 20 años (más un bailarín y un actor profesional) habita el escenario-casa-refugio, colchones esparcidos por el suelo, el oasis (¿soñado?) de una palmera, como un espacio vital de (super)vivencia de sí mismo en grupo, en familia, incluso. Margem, a medio camino entre la danza y el teatro documental, movido por una banda sonora urgente y tribal, es ciertamente una obra "muy política". El racismo, el sexo, la revolución y la muerte emergen igualmente, pero hay una energía vibrante que recorre Margem, y esa energía persiste y perdura.